La digitalización y los consignatarios

Podemos definir la digitalización, como el proceso de transformación de procesos analógicos y objetos físicos, en digitales.  Escuchamos a diario numerosas veces la palabra digitalización (digitization en inglés) y seguro que tenemos dudas sobre ¿Cómo empezar? ¿Qué hacer? ¿Será útil?

La digitalización es un proceso imparable que se está desarrollando en todos los sectores de la economía, y que ha dejado de ser una opción, para ser una necesidad. En un principio podíamos pensar que digitalizar era por ejemplo escanear documentos en lugar de fotocopiarlos, o transferir archivos con fotografías en lugar de relevarlos, pero estas son solo algunas de las herramientas de la digitalización, cuando lo que debemos hacer es un planteamiento general de todas las actividades de la empresa, y ver que mejoras podemos obtener con la aplicación de estas nuevas herramientas digitales.

Además, aunque nosotros no lo veamos o no nos parezca importante o relevante, nuestros competidores sí que lo van a hacer, y luego nos costará mucho recuperar la distancia. El mundo va en esa dirección, y valga como ejemplos, las partidas de fondos europeos “Next Generation” destinados a la digitalización, o las convocatorias de los “Fondos Puerto 4.0” de Puertos del Estado y las Autoridades Portuarias.

Este camino debemos recorrerlos todos los consignatarios, no importa el tamaño del puerto donde estemos, no importa la dimensión de nuestra empresa y no importa el subsector al que nos dediquemos o cual sea nuestra principal actividad. Seguro que os suena, si os digo que la digitalización debe evitar que hagamos listas de tripulantes con apellidos llenos de consonantes y difíciles de transcribir, o hacer 10 llamadas telefónicas o mensajes para recibir o despedir un buque, o presentar la misma documentación a diferentes autoridades. Se ha avanzado mucho, pero no podemos ni debemos contentarnos con lo realizado hasta el momento.

¿Qué podemos hacer?

Debemos medir y saber que tenemos en la empresa. Medios materiales, pero sobre todo, identificar el talento que necesitaremos para desarrollar procesos de digitalización. Necesitamos prescriptores en este camino, desde la alta dirección a todas las esquinas de la organización. Siempre hay personal con reticencias a los cambios, y es nuestra tarea el ayudar y convencer para su estudio y aplicación

Debemos participar activamente en las comisiones y foros de nuestro entorno portuario, en todo lo relativo a los PCS “Port Community Services”. Es necesario hacer llegar nuestra voz y la de las Navieras a las que representamos. Si sabemos que nuestra posición en la cadena es importante, no podemos dejar las decisiones en manos ajenas.

Debemos escuchar las peticiones de nuestros clientes cuando nos pidan mejoras en la digitalización de procesos, y a su vez debemos hacerlo con nuestros proveedores. ¡Queremos ser parte importante de este círculo virtuoso!

Hay dos últimas reflexiones que quisiera hacer sobre los efectos de la digitalización en nuestro sector, que me parece importante que se consideren:

  • El empleo. La digitalización no va a destruir empleo, va a transformarlo. No creamos que una forma de preservar algunas ocupaciones actuales es negarse a mejorarlas o cambiarlas. Tenemos antes nosotros una gran oportunidad para participar activamente de la nueva economía y es mejor creérselo y avanzar, que acomodarse en las barreras y dificultades que sin duda existen, pero que no nos deben servir de coartada para la inacción.
  • La sostenibilidad medioambiental. Es impensable el poder lanzar productos o servicios sin tener en cuenta el factor de la sostenibilidad. Uno de los aspectos positivos de la digitalización es su implicación directa en la reducción de emisiones, y esta es asimismo una de las razones por las que existen las ayudas públicas. La ciudadanía y los mercados así lo perciben, y debemos dar pasos decididos en esta dirección.

Mucha suerte y ¡Buen Camino!